DIVULGACION
FILOSÓFICA
(artículo)
Autor: E. Ignacio Ruíz Coronado
http://www.filosofia.mx
En este artículo el autor ya mencionado defiende que la
filosofía se tiene que estudiar a fondo y no solo por encima, al igual q otras
asignaturas por que es obvio que si solo la estudias por encima nunca vas a
entender ya que te impide que obtengas lo profundo y fundamental que le es
necesario como ciencia.
Debido a que el objetivo de estudio de la filosofía es más profundo por que es una ciencia fundamental. Ha consecuencia de que no se estudia a fondo a veces confunden aún más a los interesados en el estudio filosófico, porque no alcanzan a comprender lo que verdaderamente es la ciencia de la Filosofía.
En la actualidad los lectores de periódicos y revistas están acostumbrados a leer noticias; no les interesan los conceptos profundos que impliquen concentración, reflexión y juicio.
Debido a que el objetivo de estudio de la filosofía es más profundo por que es una ciencia fundamental. Ha consecuencia de que no se estudia a fondo a veces confunden aún más a los interesados en el estudio filosófico, porque no alcanzan a comprender lo que verdaderamente es la ciencia de la Filosofía.
En la actualidad los lectores de periódicos y revistas están acostumbrados a leer noticias; no les interesan los conceptos profundos que impliquen concentración, reflexión y juicio.
El autor dice que el divulgador de la Filosofía debe
aprovechar el tiempo y enseñar la filosofía a fondo si no corre el riesgo de
convertirse en un divulgador moderno.
ESCRITO SOBRE LOS 3 TEXTOS FILOSOFICOS.
“La Gran Moral -
Aristóteles” Después de hacer el análisis de cada virtud en particular, sólo me queda
presentar el retrato de la virtud en su
conjunto y en su generalidad. La honestidad unida a la bondad, a la belleza
moral, porque se dice de un hombre que es honesto y bueno, para expresar que
es de una virtud completa. Por lo demás, esta expresión general, honesta y
buena, puede aplicarse a la virtud en todos sus matices, a la justicia, al
valor, a la prudencia; en una palabra, a todas las virtudes sin excepción.
Pero dividiendo la palabra en los dos elementos de que está formada, diremos
que hay cosas que son especialmente honestas, y otras que son especialmente
buenas y bellas. Entre las cosas buenas, hay unas que lo son de una manera
absoluta, y otras que no lo son absolutamente. Las cosas honestas y bellas
son, por ejemplo, las virtudes y todos los actos que la virtud inspira. Las
cosas buenas, los bienes, son el poder, la riqueza, la gloria, los honores y
las demás análogas. El hombre honesto y bueno es aquel que aspira a la
adquisición de los bienes absolutos, y para quien las cosas absolutamente
bellas son las bellas cosas que trata de ejecutar. Esto es el hombre honesto
y bueno; esta es la belleza moral. Pero el hombre, para quien los bienes
absolutos no son bienes, no es honesto y bueno, en la misma forma que no está
sano el hombre para quien las cosas sanas, absolutamente hablando, no son
sanas. Si la fortuna y el poder, al caer en manos de un hombre, le son
dañosos, no debe desearlos, porque sólo debe desear los bienes que no pueden
perjudicarle. Pero el hombre que está organizado de tal manera que hace bien
en privarse de la posesión de algunos de estos bienes, no es lo que llamamos
honesto y bueno. Verdaderamente honesto y bueno sólo es aquel para quien
todos los verdaderos bienes subsisten siéndolo, y que no se deja corromper
por ellos, como los hombres se dejan corromper las más veces por la riqueza y
el poder.
“Lecciones
Preliminares de Filosofía- Kant”
Kant Finalmente, a partir de la respuesta kantiana al problema de
Dios, puedo concluir: En primer lugar, Kant es un auténtico hijo de su época.
Situado en el centro de una época no
ilustrada, pero sí de ilustración,
como él mismo señala, apuesta por la consolidación de un ser humano autónomo
y libre en el pensar. Kant exige al ser humano que se libere de la tutela del
otro y que asuma, por sí mismo, la tarea de pensar. De ahí su profundo empeño
por ofrecernos una religión universal: la religión moral; anclada ésta en la
estructura racional de todo sujeto humano. Se trata de una religión fundada
en una persona libre y autónoma.
En segundo lugar, una de las debilidades de la moral kantiana reside
justamente en su pretensión de universalidad. Es decir, Kant construye una
religión moral donde tendrían cabida todos los seres humanos, pero al mismo tiempo
se trata de una moral en extremo
formalista. En ella no hay cabida ni para la sensibilidad y los
sentimientos ni para el contexto socio-histórico donde el ser humano hace su
vida. En pocas palabras, el precio a pagar por una moral universal es
justamente la marginación de la
cotidianidad “material” en la que se desarrolla la vida de las personas.
En tercer lugar, el llamado de Kant a asumir la “mayoría de edad” en
materia religiosa permite una mayor
criticidad hacia los dogmas y hacia la autoridad de la Iglesia. J. A. Estrada
llama a Kant “el gran maestro de la Ilustración que pone
punto final a una religión de autoridades”.
En cuarto lugar, el Dios de Kant es un Dios sometido a la razón
humana. Se trata de un Dios que pende de una moral que tiene su fundamento
último en una voluntad autónoma y
libre. En este sentido, el conocimiento
de Dios como un ser amoroso y misericordioso (de la tradición
judeocristiana) queda excluido de la religión moral kantiana. La compasión es
un lenguaje extraño al Dios kantiano, éste es toda razón, razón legisladora,
razón moral.
A partir de esas cuatro conclusiones, considero que la parte más
rescatable de la respuesta kantiana al problema de Dios quedaría expresada de
la siguiente manera: Dios resulta ser “algo” incognoscible para la razón
humana, pero en el núcleo mismo de ella pervive un viejo afán por acceder a lo
Incondicionado, a lo Absoluto, a Dios. Se trata de un afán intrínseco a
nuestra razón finita, es decir, un afán legítimo. Kant cree haber resuelto esa inquietud humana con el uso práctico de
la razón, el problema estriba en que el Dios que postula es un Dios producto
de la razón misma.
“GENEALOGÍA DE LA MORAL (NIETZSCHE)” Critica la Falta de sentido histórico: Nietzsche acusa a
estos genealogistas de pensar de una manera a histórica. Según él pretenden
hacer historia de la moral y de los conceptos morales, pero no fundan sus
teorías en lo históricamente comprobable, sino que las fundan en simples
imaginaciones o en hipótesis que son contrarias a lo que parece deducirse de
la ciencia histórica. En casi todas las civilizaciones, bueno y malo tienen su
origen el hombre noble y aristocrático frente al hombre plebeyo y vulgar.
Estos genealogistas no logran construir la historia efectiva de la moral y
carece de base histórica.
Su
explicación del origen del concepto bueno es insostenible desde el punto de
vista psicológico: En el supuesto de que fuera cierta
la teoría de esos genealogistas, no es posible que los hombres se olvidaran
de la utilidad de las acciones no egoístas, es decir, no es posible que los
hombres borraran de su mente la equivalencia entre bondad y utilidad.
Su
forma de pensar continua siendo esencialista: Aunque intentan hacer una genealogía
de l moral, están aceptando que existe una esencia eterna e invariable de lo bueno,
que sería lo no-egoísta y lo útil, es decir, bueno fue siempre lo mismo,
sinónimo de no egoísta y de útil. La utilidad y el no-egoísmo constituyen la
esencia de la bondad de una acción. Para Nietzsche no existen tales cosas. En
la genealogía de la moral, Nietzsche buscará la procedencia de los conceptos
morales, intentando determinar su surgimiento y desarrollo y
transformaciones. El surgimiento de la moral es para Nietzsche fruto del azar
en determinadas condiciones históricas.
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Quizá la crítica más
frecuente a la filosofía de Nietzsche es haber sido citada con aprobación por
antisemitas y fascistas. Por ejemplo, hubo nazis que pensaban que las ideas del
filósofo estaban en concordancia con las suyas. Algunos pasajes de LA GENEALOGÍA
DE LA MORAL, si se toman aislados, podrían considerarse antisemitas: aunque
demuestra de mala gana su admiración por la revalorización de los valores
realizada por los judíos, recalca que fue el último recurso de los débiles. No
puede ocultar su simpatía por la moralidad aristocrática de los poderosos. Y en
su obra filosófica ensalza repetidas veces el poder, incluso a expensas de los
débiles.
No obstante, hay que
examinar dos cuestiones importantes a propósito de la utilización de sus ideas
con fines perversos. En primer lugar, muchos de los que han utilizado la
filosofía de Nietzsche en este sentido han tenido que distorsionarla para
lograrlo. Por ejemplo, aunque frases sueltas de los textos de Nietzsche
podrían considerarse antisemitas, han de
contrapesarse a otros pasajes donde se opone
explícitamente al antisemitismo. La segunda cuestión consiste en que el
hecho de que sus ideas parezcan glorificar el poder, eso no demuestra que sean
erróneas.
Una de las razones de que la
lectura de la obra de Nietzsche sea tan sugerente es que no deja de carcomer
nuestras creencias más preciadas. Aun si no ha conseguido arruinarnos estas
creencias, sus escritos nos obligan a reflexionar sobre los fundamentos y
supuestos en que se cimienta nuestra
vida.
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